jueves, 31 de enero de 2013

Furia






Grito y pronto llega el desmayo, como cosa que se huele antes de que suceda, antes de que se muevan los sonidos. Esos ecos aúllan, ya lo anuncian, como una muerte de primavera. Todos ensimismados en el orgullo de quien hace bien las cosas. Ahí no permiten el descuido, ni el padecer transitorio. Todo, si se pide, debe ser lineal, nunca mordido, ni que la sangre salpique, aunque sea sólo un poco. El llanto, por supuesto, está prohibido. No se quiere oír y hablar de lágrimas que no tienen dueño, y de tenerlo, al destierro. Qué furia tan grande sienten, ni lástima ni perdón, sólo furia, quebrando huesos, mordiendo el cuello. Esos son los dueños de los sueños débiles y amargos, que como tormentas que no cesan irrumpen cada noche que quieren en la despensa de los sueños. En ese hueco recogido, donde sólo los últimos olores de embutidos de la infancia se depositan. El cuerpo cae sin despropósito lamiendo las paredes que lo cercan, cerrando la puerta, huyendo de la criba y el juicio. Escenario pequeño. Escenario minúsculo donde acampar, donde dejar caer el miedo…

martes, 22 de enero de 2013

Autonomía





Si caigo al precipicio tú vendrás conmigo, sujetarás la caída, el despropósito de mi vuelo. Qué lamentable es que tu cuerpo viva en el mío, como pájaro sin vuelo, qué lamentable es que dormites en mis sueños como fiera sin guarida. Del guardián no queda nada, porque sólo eres espejo de mis deseos, de mis huérfanas desidias. Tan despiadado soy que parto tus rodillas para que no levantes más tus ojos, que no me mires, que no llegues a mi barbilla; inútil. Colérico estoy, de verte perderte tanto, de asumir el oxígeno de otros como propio, de vivir helado en la saliva de las gargantas de tus contertulios. Dónde estás tú? Que has perdido tu voz, atragantándote bebiendo. Despojado de ira para atacar y rebelarte. Dónde estás tú? Que enumeras y padeces la epidemia de los otros, los gritas y los persigues. Estupendo huésped de la carroña, de la antorcha de fuego intermedia, del asedio divino y narcótico. Dónde estás tú? Que no te veo, que no te oigo, que no sé quién eres. Da la cara y habla, grita!
Insúltame! Da  la cara!...