Esta mañana hemos podido transitar por el templo catedralicio más importante del mundo: San Pedro del Vaticano. Su estudio pormenorizado nos ha permitido conocer su fase renacentista -también su origen palecristiano-; fase manierista y barroca. Todo el relato nos ha conducido, entre otras lecturas e interrogantes, a una posible tesis final: San Pedro del Vaticano constituye un magnífico caso de estudio que explica un proceso histórico de transformación que no sólo atañe o afecta al 'objeto arquitectónico', sino a una transformación aún más importante y crucial: la llevada a cabo en la ciudad.
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