jueves, 25 de junio de 2009

Calendario

ESPACIO DE REFLEXIÓN 2. CONTEXTOS. SALA 2

Jueves 2 de Julio de 2009
18.45-19.00 Una mirada renovada hacia el habitar.
Ignacio Abad Cayuela y Juan Moreno Ortolano

martes, 23 de junio de 2009

UNA MIRADA RENOVADA HACIA EL HABITAR (Borrador)

UNA MIRADA RENOVADA HACIA EL HABITAR

Sin lugar a dudas el habitar constituye un espacio para la reflexión necesario en el campo de la arquitectura. Nos enfrentamos a una imprescindible reelaboración y nueva estructuración de sus significados con el fin de reorganizar sus fuerzas de energía que quizás por olvido consciente o descuido han sido relegadas en ocasiones al escalafón último de los principios proyectuales. Si bien es cierto, y sobre esto no hay aparentemente dudas, que el universo tecnológico, digital, empírico y de investigación multidisciplinar ha crecido considerablemente en los últimos decenios, también lo es, la siembra de paradojas y desconciertos que éstos han producido en el verdadero desarrollo y evolución cualitativa de los valores y acciones de los habitantes. De este modo, resulta muy difícil verificar, hasta que punto todos esos avances se han visto realmente traducidos en la mejoría de las condiciones de “bienestancia”[1] del individuo y sus modos de estar y ocupar en el mundo. Lo que parece claro, es que los dos grandes polos que gobiernan la producción arquitectónica: el especulativo-promotor, y el televisivo-publicitario empujado desde la vanidad subjetiva y persecutoria del Star System internacional, dibujan un mapa de redes y flujos en dónde el problema del “factor humano”[2] no es precisamente el principal organismo que articule la columna vertebral de sus pensamientos o acciones; más bien todo lo contrario.
El debate sobre cuáles han de ser los vehículos que favorezcan y amplíen las posibilidades del habitar, todavía queda algo lejos para resolverse y en ocasiones no parece ni interesa que se formule. Desde la entrada del Movimiento Moderno, la arquitectura ha intentado ir generando la crítica y praxis revolucionaria que pusiera los cimientos sólidos para el habitar. Comenzando en el fulgor erróneamente funcionalista y mecanicista radical inicial, pasando por las iniciativas revisionistas y sensibles de los años cincuenta, hasta las propuestas; dudosamente operativas, de la compleja, polivalente y ecléctica postmodernidad, la arquitectura, y su apresurada revuelta han abierto un campo amplísimo de recorridos que en algunos casos todavía hoy no han terminado de transitarse. Sin embargo, y al igual que en el territorio de las grandes aportaciones empujadas desde el siglo pasado, otros pasajes han conducido a los clisés y prejuicios que hoy desgraciadamente todavía aparecen adscritos a la disciplina arquitectónica. El campo del habitante, su relación con la arquitectura, su complejo funcionamiento siguen, quizás por el drama mitológico que protagonizó la modernidad y que arrastramos, provocando desasosiego e incluso ahogo. Cualquier visión por apresurada que se haga al panorama crítico actual de la arquitectura o anterior que manejemos así lo demuestra. Por un lado, encontramos una región protagonista[3] que enlaza directamente con la defensa a ultranza de la arquitectura como motor indispensable en la mejora y funcionamiento de la sociedad y sus habitantes, y, por otro, un estadio muy plural en sus posturas que se aleja de la primera y valora la arquitectura por encima de su relación frente al habitar. De la inicial, puede destacarse el papel del crítico chileno Cristian Fernández Cox; fiel exponte de la versión social y del papel fundamental que la arquitectura tiene en el desarrollo y mejora de las condiciones de vida de los habitantes: lo que el define con la idea de “Bienestancia”[4]. En el otro extremo, puede citarse al arquitecto Peter Eisenman, promotor de una escuela que entiende la arquitectura desde una versión abstracto-figurativa[5] en donde la manipulación y la investigación ilusoria de la forma constituye un argumento director y vertebrador en sus propuestas, muy por encima de las del habitar y su campo de acción[6]. Indudablemente, las dos posturas sintéticamente expuestas, únicamente ofrecen aquí una muy leve fracción de la multitud de líneas que pueden atisbarse en la actualidad, sin embargo, son importantes para aclarar el argumento con el que comenzábamos.

Hacia un habitar creativo_
La vertiente denotativa, muy amplia por cierto, que sacude a la arquitectura del sobrediseño y la histeria del espectáculo entiende el habitar como un acto paralizante e inhibitivo que manipula y condiciona los procesos de búsqueda y estrategia proyectual que se persiguen. Empero, su inhibición es tanto o más reductiva, que la de los epígonos modernos que intentaron a toda costa preservar el racionalismo. De este modo, el habitar continúa viéndose como un germen que únicamente entra en el programa encorsetado bajo la dictadura de las pieles y el culto a la dermatología. El habitante, el sustrato de la arquitectura para Fernádez Cox, termina por situarse en una frontera fuera del mundo. Es paradójico, que esta arquitectura pueda ser tildada de compleja y pluralmente diplomática, cuando su razón de ser estriba en la perspicacia y amaneramiento de sus posturas icónicas. La poética, el discurrir creativo, se convierte así en una suerte romántica capaz de residir exclusivamente en las manos y mentes privilegiadas de los arquitectos y de las instituciones que delegan en ellos. Sin embargo, y a diferencia de estas posturas, creemos que el habitar, y lejos de entenderse como un acto limitador, al contrario, expresa una cualidad potencial que le es propia: todo acontecer humano es en cierto modo un acto creativo, y es precisamente desde ese prisma desde el que entendemos la posible trasmisión de sus cualidades a la propia arquitectura. Lejos, o muy lejos de delimitar o interrumpir, la gran fuente de energía está ahí: en el habitar.
Hacia un habitar holístico­_
Frente a un habitar limitativo, concebimos un habitar holístico que sea capaz de reunir las diferentes perspectivas disciplinares en torno a su naturaleza, entendiendo su verdadera raíz como organización que realmente sostiene y da vida al hecho proyectual. Una circunstancia que lejos de condicionar negativamente el proceder arquitectónico posibilita multitud de itinerarios capaces de enriquecer la visión y los resultados de la disciplina. Consecuencias, que se configuran en base al hecho de entender el habitar como un suceso potencial inscrito a unas relaciones históricas, relacionales, comunicativas, identitarias, contextuales etc, que son inherentes al proceso y desarrollo del habitante. Una arquitectura capaz de entenderse como un espacio vivencial y “practicado”[7], existencial y “dialógico” que se extiende desde el habitar hasta empapar todos los sectores de la vida.
La multidisciplinariedad que se le presupone a esta iniciativa, sin embargo, puede caer en el peligro de refundar y validar teorías o proyectos que únicamente escojan y propongan las alternativas desde la superficie y vaciedad de sus contenidos, escondidos bajo el engalamiento y puesta en escena brillante de sus imágenes. De ahí, que los valores comunicativos que le son propios también a la arquitectura, recogidos de las disciplinas artísticas por citar un recorrido, únicamente adquieren legítimo sentido si son capaces de ampliar las posibilidades del habitar y sus significados a través de propuestas multimodales capaces de fortalecer la vida que se desarrolla en la arquitectura.
De este manera, la moda ocasional fácil de la contaminación artística o filosófica llega a adquirir valor sólo cuando su tratamiento aparece expuesto en el hecho arquitectónico, no únicamente como una persecución conceptual o subjetiva, sino como una plataforma que inventa y renueva verdaderamente el aliento y la acción del habitar.
Hacia un habitar arquitectónico_
Renovar una mirada hacia el habitar significa en primera estancia, reorganizar una jerarquía de valores invertida por su mal uso. Una jerarquía que entiende y ahora sitúa al habitar como punto primero, de transcurso y final de la arquitectura. Un punto de origen y desarrollo que la evalúa, no únicamente como escenario sino como acontecimiento vivencial, único, imprescindible y en permanente evolución. La arquitectura desde este prisma ya no avanza desde el culto a la novedad, a la explosión formal y el éxtasis comunicativo y autorreferencial, sino que se reinventa y recrea dirigiendo por encima de todo la mirada al habitante en su hábitat.



[1] Véase: FERNÁDEZ COX, C. El orden complejo de la arquitectura. Teoría básica del proceso proyectual. Santiago de Chile: Ediciones Universidad Mayor. 2005. Págs. 44- 50.
[2] Alvar Aalto constituye sin lugar a dudas un arquitecto arquetípico de esta condición fundamental de la arquitectura. Véase su texto: AALTO, A. La humanización de la arquitectura. De palabra y por escrito. Madrid: Croquis. 2000. Págs. 142-147.
[3] Sintéticamente destacar el papel de Oriol Bohigas, el propio Cristián Fernández Cox, Carlos González Lobo, Ramón Gutiérrez etc.
[4] “La arquitectura no es un arte puramente expresivo, sino un arte creador de ámbitos vivenciales, de lugares de vida”. Op cit, El orden complejo…Pág. 45.
[5] Véase: MONTANER, J.M. Después del Movimiento Moderno. Arquitectura de la segunda mitad del siglo XX. Barcelona: G. Gili. 2002. Págs. 230-233.
[6] “No creo que el cometido de la arquitectura sea el de ocuparse de la gente sin hogar, o el de subordinarse a cuestiones de utilidad, refugio, estructura, estética, y significado. La arquitectura debe mantener sus convenciones hegemónicas” Extracto de la entrevista de David Conh a Peter Eisenman. Madrid: El Croquis. Diciembre 1989. Págs.
[7] El antropólogo Michel de Certeau valora el espacio fundamentalmente desde la condición vital y de movimiento que le proporciona el hombre y su paso. Citado en: AUGÉ, M. Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Barcelona: Gedisa. 2004. Págs. 81-118.

Propuesta para el Congreso de Arquitectos de España. Valencia. Julio 2009.

martes, 16 de junio de 2009

La Casa del Futuro (II)_Alison + Peter Smithson



…La Casa del Futuro (para una pareja en que ambos trabajan) intentaba mostrar las consecuencias arquitectónicas de, entre otras cosas, la desintegración de la cocina por el preenvasado, el precocinado. Los electrodomésticos y demás. La vivienda estaba diseñada, al igual que un coche, como una sola cosa para una función limitada. Pero en una vivienda familiar, los problemas son diferentes a los de un coche donde solo se pueden eliminar unas pocas cosas sin afectar al resultado. En una casa hay muchas variables, la supresión de algunas o el cambio de muchas no alterarían la base del resultado. Por lo tanto una vivienda diseñada como un coche es en parte una desventaja, ya que el mobiliario estaría tan integrado dentro del concepto estructura-espacio que cambiar la nevera sería como intentar conseguir una guantera más grande para el salpicadero de un Volkswagen: resultaría más fácil comprar un coche nuevo.
Podría parecer que existen dos posibilidades para una industria tecnológica de construcción. La primera seria producir unidades-completas de función-limitada, preferiblemente desechables, lo que implicaría un máximo de producción invariable. La segunda podría ser una producción en serie de componentes (ladrillos, materiales laminados, bisagras, sanitarios, montajes de servicio y demás) combinada con la utilización de máquinas automáticas multifuncionales para producir accesorios en pequeñas series. El montaje de estos objetos seria fijo, como los edificios construidos a la vieja usanza.


...Cualquiera que sea la técnica que elija el arquitecto, su función es proponer un estilo de vida, y el modo-de-vida-con-electrodomésticos sugiere una clase de vivienda totalmente nueva.
…la relación entre los medios y la arquitectura es la misma que la que existe entre el lenguaje común y la poesía. Del mismo modo, una vez que estos medios se han utilizado individualmente, lo ‘anónimo’ se convierte en específico, se le da un significado especial.
(Smithson, Alison y Peter: Cambiando el arte de habitar. Editorial Gustavo Gili, S.A., 2001) (Pág. 115-117).

domingo, 14 de junio de 2009

La Casa del Futuro_Alison + Peter Smithson

En la casa del futuro se puede hablar de la ergonomía de la
casa, pues es el cuerpo humano, y su movimiento, quienes moldean
el espacio. La casa, de modo similar a lo que ocurre en el
renacer de Graham Metson, toma la forma del cuerpo que la
habita, y el cuerpo se acomoda a la forma de la casa que habita.


(Graham Metson, Renacer, 1969)

Cuando los Smithson proponen esta casa ergonómica como la c a s a
del futuro, están pensando en un habitat moldeado a partir de
las necesidades humanas
y las huellas de sus actividades.
Cuando los Smithson proponen esta casa del futuro, e s t á n
pensando que “ha llegado el momento de que los arquitectos y
fabricantes aborden el problema desde el extremo opuesto de la
escala y hagan que el edificio emane de hábitats vivos”.
Cuando los Smithson proponen esta casa ecológica, están pensando
que la arquitectura debe asumir, como suyo, el problema del
habitat humano
como parte de la ecología, entendida ésta como la
ciencia que estudia los hábitats de los seres vivos.


C I R C O_2 0 0 1 . 8 7_E M I L I O T U Ñ Ó N_(pags. 9-10)

sábado, 13 de junio de 2009

Renovar

“La vida humana contiene en la misma medida tradición y nueva creación. No se puede arrojar la tradición a la basura diciendo que es algo viejo que debe reemplazarse por algo nuevo. La continuidad sigue siendo imprescindible en la vida del hombre. Las ciudades antiguas pueden combinarse perfectamente con una nueva planificación y con su interacción con la naturaleza …”

(Schildt, Goran: Alvar Aalto de palabra y por escrito. El croquis Editorial,
2000) (Pág. 363).

Una mirada renovada hacia el habitar (propuesta de comunicación para el congreso 2009 de Arquitectos de España)

La proliferación de los “no lugares” en nuestras ciudades (Augé), la incontinencia urbana que ha fracturado y dispersado los centros históricos (Bohigas) y la pretenciosa y peligrosa búsqueda figurativa de la arquitectura del Star Systems internacional han provocado el debilitamiento progresivo de parte de los núcleos urbanos que habitamos. Parece urgente un replanteamiento crítico que obligue a repensar las condiciones esenciales de nuestra disciplina. Desde ese prisma necesario, el habitar y sus modos diversos de expresión constituyen a nuestro parecer la columna vertebral que debería ocupar el campo de nuestras reflexiones y acciones sobre la vida. El objeto fundamental de nuestra propuesta pretende, en la medida de lo posible, establecer a través de una serie de proyectos contemporáneos, una interpretación operativa del alcance real que las actuaciones tratadas ofrecen en el campo del habitar contemporáneo.