https://upcommons.upc.edu/handle/2117/348535
http://dx.doi.org/10.5821/ace.16.46.9756
En ese estado en que ya no se espera, o mejor aun, cuando se ha dejado de esperar, llega sin ser notado el instante en que se cumple el sincronizar de la vida con el ser; de la vida propia en su aislamiento con la vida toda; del propio ser vacilante y desprovisto, con el ser simple y uno.
María Zambrano
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