El amor es una
energía, sin nombre, contexto o lugar. Es un líquido que surca los mares y
sobrevuela continentes. No sabe ocultarse ni quedar embebido en recipientes o
huecos inhóspitos del corazón. El amor, como todo buen atleta olímpico, no
puede pararse o detenerse en estaciones por las que hace mucho tiempo no pasó
un tren o se desliza una escoba que recoja el polvo y la basura acumulada. Es
una energía inacabable e inextinguible, libre y abierta. Dispuesta a aparecer
en el lugar más inesperado y a la hora más intempestiva. Jamás podrás
encontrarlo preparado y vestido de etiqueta para la ocasión, con alfombra roja
y celebración disciplinada. Cuando aparezca, de improviso y de puntillas, será
para arramblar con todo y poner tu hogar patas arriba: más aún, cuando emprenda
su marcha. Pero estará siempre ahí, en sigilo y agazapado, como buen e
insolente invitado que espera al final de la fiesta, para pedir un último
baile...
AMo_arquitectura
No hay comentarios:
Publicar un comentario