jueves, 26 de julio de 2018

Vivienda sostenible de adobe

arquitectura (con a minúscula) en una vivienda sostenible de adobe
Palabras Clave: Vivienda, adobe, Zaragoza, arquitectura sostenible
Autores: Pedro Bel Anzué e Ignacio Abad Cayuela






















  Resumen: El estudio del entorno y la exploración sobre los fundamentos del habitar de sus moradores, fueron factores determinantes que nos llevaron a diseñar y construir esta vivienda de nueva planta con adobes fabricados artesanalmente en la misma parcela. Sobre las consideraciones estéticas prevalecieron los criterios de sostenibilidad, economía y compromiso social, así el proceso constructivo se vio favorecido con labores de investigación universitaria y revalorización de oficios perdidos, abriendo a la ciudanía la obra para promover la transmisión de conocimientos. El resultado es una vivienda pasiva que aprovecha el soleamiento, estudia y valoriza la construcción tradicional local y satisface los requisitos de consumo “casi nulo” que serán obligatorios en 2020. A través de un continuo análisis de presupuestos de materiales y procesos conseguimos finalizar la vivienda con un 85% de materiales ecológicos en un precio similar al de la construcción convencional. Esta optimización experimentada con la fabricación de adobes revela que el uso de este material podría proliferar en el siglo XXI.




Introducción*

Había una vez, una pequeña parcela en el barrio de Valdefierro (Zaragoza). Esta parcela nació en los años 50, tras largos y duros movimientos vecinales motivados por la llegada de muchas familias procedentes de Andalucía y Extremadura.
Durante muchos años, esta parcela vio como los residentes del barrio trabajaban reciamente en la ciudad y a la vez levantaban en familia (con gran esfuerzo físico y económico) bonitas casas de una planta: sencillas, confortables y consecuentes con el entorno, utilizando los medios y materiales que tenían disponibles. Los niños ayudaban a sus padres a amasar el barro del lugar y a hacer los adobes, con los que posteriormente construían los muros. Y así los primeros dos mil habitantes fueron transformando terrenos de monte en barrio.
Poco a poco, el barrio se llenaba de vida y actividad. Los mismos vecinos llevaron agua, luz, teléfono, escuela… Gracias al esfuerzo común, la cohesión social, el compromiso de colaboración y la ayuda entre los vecinos, el barrio se convirtió en un lugar mágico para vivir.

Las tradiciones de sociabilización fortalecían los vínculos vecinales. Tomar “la fresca” durante las noches de verano, o realizar cenas de vecinos en la calle, son ejemplos de costumbres sanas que llenaban la calle de vida y poesía. La parcela estaba feliz de encontrarse allí; su mayor deseo era transformarse en una hermosa vivienda y formar parte de aquel escenario.

A comienzos del siglo XXI, la Normativa Municipal y los intereses económicos comenzaron a primar sobre   el bienestar de las personas, y nuevos edificios plurifamiliares, más grandes y más modernos empezaron a crecer en el barrio.
Las viviendas originales, de tan solo una o dos plantas, hechas de adobe, cubierta de teja árabe y otros materiales tradicionales empezaron a ser devoradas por edificios de mayor tamaño alterando de manera dramática la condición social del barrio y su apariencia. Progresivamente, la creciente población fue saturando las calles de coches y colmatando unas instalaciones que no fueron diseñadas para tal desarrollo habitacional. 

Timoteo y María Ángel experimentaron el encanto del barrio original, y hechizados por esta pequeña parcela supieron que era el lugar en el que querían vivir a gusto, con sencillez y consciencia, sin ataduras a estándares ni ideas de segunda mano; vinculados a la esencia del barrio y conectados con sus raíces. Sólo se ve bien con el corazón... ya que al final, las cosas más importantes son invisibles. Y sin saberlo, en aquel momento, comenzaron el viaje hacia la arquitectura con “a” minúscula (1); aceptaron domesticar y acompañar el entorno en su profunda necesidad de Habitar. 

La vivienda. Distribución e idea espacial 

No se construye para morar, se construye porque se mora. 
Heidegger 

El primer paso fue estudiar como mora la familia que vivirá en esta casa; descubrir cuáles son sus verdaderas necesidades. 
Durante el diseño evitamos utilizar terminologías genéricas que definieran y calificaran los espacios con denominativos estáticos como “dormitorio, salón…” y utilizamos verbos que insinuaran acciones, posiciones del cuerpo, movimientos y formas de estar en relación con 'el otro o lo otro', como “calentarse, pintar, intimar, cenar con vecinos, aprovechar el sol de invierno, el frescor en verano, rincón de leer, comer, soñar... De esta manera los espacios se conformaron según estas invitaciones, articulando actividades, estancias y propiedades a través de la comprensión e integración de las singularidades del habitar de la familia.
 Tras este estudio, introducimos una estructura espacial que favorece un movimiento fluido de los espacios más expuestos a los más íntimos al conectarlos entre sí sin barreras al desplazamiento o a la vista (eliminando puertas o pasillos); facilitando de esta manera el libre discurrir de sus moradores por los distintos microclimas interiores como respuesta a la fluctuación de los ciclos diurnos o estacionales desde un espíritu nómada y cambiante.
Los materiales caracterizan la posibilidad de apropiación de las distintas zonas, usando la tierra para matizar los lugares frescos, resguardados y estáticos; más íntimos. En contraposición, el uso de vidrio y madera se destina a los espacios de conexión, más luminosos, dinámicos y permeables al exterior; más expansivos.
 La implantación en el barrio respeta la estructura de la calle mediante la alineación a las fachadas colindantes. La respuesta a la ciudad ofrece un matiz sugerente que reivindica el uso del adobe como material contemporáneo y revela el carácter dual de la apropiación del espacio interior, al conformar dos cuerpos muy diferentes: uno denso abovedado (que conecta con la intimidad y la tierra propiciando movimientos lentos), y otro más poroso, abierto y luminoso (que busca la luz y el exterior favoreciendo una ocupación más dinámica). Los huecos responden al clima y a la función, pequeños al norte y muy grandes al sur. La estética blanca y limpia al exterior, con la utilización de parras como elemento de sombreo interior, resuena con los orígenes andaluces y extremeños del barrio. El gran portón elevable de la fachada principal diluye el límite de la propiedad y permite que, en ocasiones, la vivienda participe abiertamente de la calle posibilitando actividades sociales del barrio como fueron las cenas de vecinos o “tomar la fresca” en las noches de verano.


Eficiencia energética. Diseño Pasivo. Respuesta al Clima

Si la arquitectura es clima, también es verdad que son muchos los climas que en ella intervienen: climas de invierno y de verano, climas de luz y de calor, climas de transición entre interior y exterior, climas en la arquitectura popular o en la arquitectura representativa, climas naturales o climas artificiales y, por último, incluso, están los climas que no son climas, climas sonoros, psicológicos, mágicos, con los que se genera la infinita variedad de los espacios arquitectónicos.
Rafael Serra 

La estrategia de diseño de enlazar los espacios considerando la movilidad y la respuesta espontanea a la variabilidad de las condiciones meteorológicas y de contorno, ha favorecido el funcionamiento térmico de la vivienda al aprovechar los microclimas que se van alternando en el interior. Como Philippe Rahm escribió: La forma y la función siguen al clima. 
La piel del edificio protege con su espesor y densidad las zonas más expuestas y vulnerables (fachada norte) de los ruidos, el frío y del fuerte viento, mientras que la fachada sur es más luminosa, al abrirse de generosamente a su propio patio (de soleamiento y vistas controladas, sin ruidos, ni viento). 
Durante la fase de diseño se realizó una simulación de la vivienda con el programa Energy Plus, ya que a diferencia de otras herramientas, tiene la ventaja de considerar la influencia de la inercia térmica de los materiales, permitiendo el estudio del comportamiento pasivo del edificio y optimizando el tipo de muro y espesor de aislamiento según la orientación. En las zonas más soleadas (cubierta y fachada sur) se dispuso una cámara ventilada para evitar la transmisión térmica al interior. Se estudió el efecto del tono claro de la cubierta, que reduce la absorción de temperatura un 45% con respecto a un color más oscuro, y se diseñaron elementos de sombreo (toldo en la terraza y parra en el patio) para los meses estivales. 

Con la utilización de materiales naturales se consiguió una piel permeable al vapor de agua en el interior que transpira y tiene una alta capacidad higrotérmica, permitiendo  la auto-regulación de humedad dentro de la vivienda de modo natural. Independientemente de las circunstancias exteriores los materiales mantienen un comportamiento higrotérmico activo con valores constantes entre el 40% y el 60%:
-         Muros: la transpirabilidad del revestimiento final de arcillas, el revoco base de barro y el muro de adobe con su gran inercia mantienen la capacidad de equilibrar la humedad ambiental.
-         Techos: la madera ha sido tratada con aceite de trementina para mantener el poro abierto (no barnizadas) para permitir su transpirabilidad y regulación higrotérmica.
-         Pavimento: realizado con yeso continuo, ha sido tratado con aceite de linaza y aceites naturales de acabado que mantienen la transpirabilidad y regulación higrotérmica del material.

El edificio cumple los estándares (que serán obligatorios en 2020) de la Directiva Europea 2010/31/UE relativa a las condiciones energéticas de los edificios de consumo de energía casi nulo (Nearly Zero Energy Building, NZEB).
La vivienda construida conjuga las ventajas y conocimientos introducidos por las viviendas pasivas europeas con la adaptación al entorno que la tradición española ha desarrollado en la arquitectura popular. Mediante el estudio de las orientaciones, el uso de materiales de alta inercia térmica,  ventilación cruzada, patios interiores, vegetación y elementos de sombreo, se ha construido esta vivienda que cumple con los estándares de consumo casi nulo, propios de las viviendas pasivas.

Fotos de estado final de obra. (Fuente: Pedro Bel Anzué, arquitecto)


Materialidad sostenible: Fabricación y construcción de adobe

La arquitectura moderna no significa el uso de nuevos materiales, sino utilizar los materiales existentes de una forma más humana.
Alvar Aalto

El 84.3% de los materiales principales utilizados durante la construcción proceden del entorno (distancia menor a 25 km) y generan un reducido impacto medioambiental durante su procesado (tierra, madera, cal, corcho, paja). Si en algún momento esta vivienda se derribase, los materiales serán inocuos y biodegradables en un periodo inferior a 10 años.
Se realizó un detallado estudio de optimización de la fabricación de adobes valorando los factores económicos, ecológicos y los rendimientos de producción. Así se pudo ajustar y optimizar  el proceso de fabricación de los adobes. Curiosamente, lo más ventajoso en este caso resultó ser fabricarlos en la misma obra, mezclando y amasando manualmente de la misma manera que hicieron los residentes originales del barrio en las décadas de 1950-1960. Gracias a la buena planificación y organización, pudimos ejecutar los adobes y los muros de esta vivienda ecológica con una inversión similar a la de una vivienda convencional (de ladrillo y hormigón)
Tras una primera evaluación de los tipos de tierra disponibles en las 8 canteras más cercanas a la obra se desarrolló una mezcla óptima compuesta por una tierra muy arcillosa y otra más arenosa de Juslibol.
Esta mezcla formulada solamente a través del tacto adquirido con experiencias anteriores y mediante la realización de ensayos sencillos de campo (churro, pelota, decantación…), fue contrastada por la experiencia de Pepe Rodrigo y Jesús Juan Lacambra (dos antiguos adoberos zaragozanos que comenzaron a trabajar realizando adobes con 8 años). Simplemente con el amasado, ambos confirmaron la idoneidad de la  mezcla formulada y la proporción de paja y agua, por lo que realizamos los primeros 200 adobes.
Tras comprobar el correcto secado (sin agrietamiento) de los adobes y su dureza, la mezcla fue analizada en los laboratorios de la Universidad de Granada mediante ensayos de resistencia a tracción, compresión, flexotracción, difractograma de Rayos X y ensayos de envejecimiento acelerado (con ciclos de hielo-deshielo y sales).
Los ensayos científicos ratificaron  la calidad de la mezcla formulada  a partir de los ensayos de campo y los experimentados adoberos (Jesus Juan y Pepe Rodrigo), por lo que comenzamos la fabricación de los 20.000 adobes necesarios, que fueron realizados casi en su totalidad por José Antonio Bel Gaudó. La producción de estos adobes supuso cinco meses de trabajo continuo transformando 80 toneladas de tierra en adobes.
Gracias el estudio y optimización de producción, el coste de cada adobe fue tan solo de 0,65 €/unidad. Como comparativa, un ladrillo del mismo tamaño pero de hormigón (gero) suministrado en obra cuesta 0,43 €/unidad. El presupuesto final al construir la vivienda con adobes fue de 4.400 € más alto que con gero, y 6.300 € más alto que con el uso de termoarcilla. Este ligero sobre-coste se amortiza rápidamente al valorar los beneficios térmicos que aporta el adobe, demostrando que hoy en día es viable el uso del adobe dentro de la construcción de viviendas.
La ejecución de los muros de adobe fue realizada con aparejo Flamenco y juntas de mortero de cal. Posteriormente las paredes se revocaron con barro de adobe como capa de nivelación y una fina capa de terminación a base de arcillas blancas (caolinita) con celulosa, por lo que no se han pintado las paredes.


Ámbito social y económico del proyecto

Hacer las cosas lo más simple posible pero no más sencillo.
Albert Einstein

El trabajo se realizó desde la vertiente ética y consciente, con la participación orquestada de promotores, constructores, colaboradores y técnicos. Entre todos, se fueron superando las constantes dudas técnicas y constructivas propias de la innovación en el uso de materiales que se estaba implementando.
En varias ocasiones hubo que recurrir a la experiencia y los conocimientos de albañiles jubilados. Para divulgar y no perder estos conocimientos se ofrecieron una serie de cursos gratuitos de construcción con tierra. Más de 150 personas pasaron por estos cursos: ciudadanos interesados, profesionales de la construcción, técnicos, y también vecinos del barrio, que construyeron sus propias casas con sus padres y colaboraron haciendo sus adobes hace más de 50 años.
Mediante esta divulgación, se realizó una puesta en valor de los oficios perdidos como adobero, calero, estucador… permitiendo la trasmisión del conocimiento transgeneracional; un valor patrimonial en riesgo de desaparición.

Conscientes de la importancia de la economía local, se contrataron preferentemente gremios y trabajadores autónomos del propio barrio, optando por materiales poco industrializados para incorporar la manufactura y artesanía al proyecto.
Analizando críticamente este proyecto, se ha demostrado que es posible construir una vivienda contemporánea con adobes, respetando las condiciones de calidad, eficiencia térmica y viabilidad económica propias de la actualidad.



(*) Escrito en homenaje a Antoine de Saint-Exupéry, cuando era niño.
(1) de la Sota: Un buen día dejé de trabajar y procuré pensar libremente en lo que hacía y se hacía. Ese mismo día empezaron a desprenderse tantos añadidos que a cualquier pensamiento serio sobre arquitectura se abrazaban, se pegaban como auténticas lapas, crustáceos. El resultado limpio era atractivo y pensé que también podía llamarse Arquitectura, tal vez arquitectura, y disfruté con esa a minúscula, ya que me bastaba para resolver los problemas que siempre la arquitectura tuvo que resolver: ordenación del mundo en donde desarrollamos nuestra vida.

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