Pretendemos identificar una metodología[1] arraigada
al ser humano, indagando en su bioforma o estructura interna; tratamos, en
definitiva, de mirar la arquitectura a través de los procesos concretos y
específicos de la experiencia de habitar.
"La casa parece
ser una extensión y un refugio de nuestra constitución y de nuestro
cuerpo."
Juhani Pallasmaa
Del hombre tipo al
hombre concreto
El hombre, a diferencia del resto de las criaturas
vivientes que se conocen, es un ser bio-cultural[2].
En su proceso adaptativo y evolutivo va desarrollando formas de expresión cada
vez más complejas y sofisticadas, que dan lugar a muy diversos modos de
organización y relación con el mundo. Construimos códigos y símbolos; lenguajes
que nos permiten elaborar territorios comunes para el encuentro, cuyo fin
último sería facilitar el intercambio, y una comunicación más abierta, rica,
fluida y potenciadora con nuestro entorno vital. Sin embargo, paradójicamente,
no es frecuente que se produzcan avances en esta dirección.
Nos encontramos inmersos en una red sorprendentemente
compleja, constituida por capas y capas de condicionamiento, de influencias
intergeneracionales y multiculturales. Por fortuna, ya disponemos de
cartografías que nos capacitan para ver, tanto el núcleo emergente de cada vida
humana, como la forma velada que prevalece en cada individuo, reforzada desde
la infancia como consecuencia de la necesidad vital de crecer en relación y
convivencia con los demás seres humanos. Esta cubrición se corresponde con una
fijación o distorsión cognitiva que es debida a la interferencia organísmica[3] propia
del contexto familiar y cultural en el que se ha desarrollado durante los
primeros siete años de vida.
El sistema educativo predominante -que no está
adaptado a la singularidad del individuo- provoca en cada uno de nosotros la
pérdida de contacto con nuestra propia naturaleza básica[4],
dando lugar al extendido fenómeno de homogeneización social. Los años iniciales
de condicionamiento dejan profundas huellas en los registros personales de la
memoria. De esta manera quedamos atrapados en una estructura repetitiva y
predecible de personalidad, que nos aleja de nuestra naturaleza esencial,
pasando a afirmarnos como sujetos previsibles, manipuladores y manipulables;
víctimas de programas mentales que nos arrastran a vivir desde un profundo
sentimiento de carencia que en la mayor parte de los casos es inconsciente.
Por este motivo, consideramos que resulta apremiante
poner en valor las características innatas de cada individuo, sus fuerzas
vitales, para que pueda llevarse a cabo una gestión consciente[5] del
torrente energético que lo diferencia del resto de
sus semejantes: disponemos de unos mecanismos de funcionamiento propios que nos
convierten en absolutamente únicos, diseñados de tal manera que cada existencia
es valiosa para desempeñar determinadas funciones dentro de la comunidad humana
de la que constituimos una parte esencial[6].
La sobreabundancia y proliferación del hombre tipo al
que nos referimos, evidencia una señal de alarma que solicita una actualización
en la disciplina arquitectónica mediante la utilización de nuevas herramientas
de análisis. Gracias a estas cartografías atendemos al reconocimiento y la
diferenciación que se pretende, en torno a las situaciones diversas y plurales
que se dibujan alrededor del hombre concreto y las formas que habita.[7]
Cartografías y
análisis del ser humano
Ya a finales del pasado siglo, llegamos a ver, a
través del estudio de los tipos psicológicos de Jung[8] y
el MBTI[9],
que cada ser humano cuenta con unas particularidades innatas. Las variaciones
en la conducta que observamos entre los individuos no son resultado del azar.
Se deben, principalmente a cierta orientación espontánea que no es producto de
la reflexión y cuya intensidad difiere según la persona.
En los años sucesivos fueron apareciendo otras
herramientas que nos estimulaban a continuar ahondando en esta investigación,
hasta que se establecieron como eje vertebrador de nuestra metodología de
proyecto: desde hace casi 30 años el Sistema de Diseño Humano[10],
y el eneagrama -una teoría caracterológica muy antigua que se ha transmitido
hasta nuestros días por estricta tradición oral, introducida en occidente por
G.I. Gurdjieff en la década de los 20 y más tarde adaptada por Oscar Ichazo y
Claudio Naranjo en la década de los 70- nos plantean una serie de prácticas que
tienen por objeto descifrar aquellas cartografías individuales que hasta la
fecha pasaban inadvertidas. En ellas podemos encontrar un anclaje profundo como
sustrato catalizador del proyecto arquitectónico: nos permiten diferenciar de
un modo extraordinariamente preciso, lo esencial e ineludible, de lo arbitrario
y circunstancial en cada ser humano.
Con lo expuesto antes, y desde la guía de las citadas
herramientas, se ha puesto en marcha una metodología que podría definirse como
arquitectura Humana[11],colocando
al verbo HABITAR en el lugar más alto del proceso creativo; un verbo que
incluye y abraza la condición experiencial del ser humano; el habitante que
piensa, que juega, que sueña, que crea e inventa lo cotidiano,... que disfruta
de sentirse vivo y crece en sintonía con un entorno[12] próximo,
que finalmente lo escucha, lo respeta y lo protege[13].
La arquitectura Humana entrega al hombre concreto un medio donde finalmente se
siente reconocido, potenciado; un ser decisivo e irremplazable.
De esta manera, la arquitectura no se propone ya como
una herramienta puramente disciplinar o autorreferencial, sino como el
receptáculo a través del cual ponemos a trabajar los mapas que se encaminan
esencialmente a construir espacios, paisajes y escenarios donde las fuerzas
humanas se enraízan y se propagan como directoras del proceso proyectual,
haciendo de las cartografías del ser humano el material más apreciado de la
acción arquitectónica[14].
"Nada es tan
fácil de ver como la consciencia cuando reconocemos que está incorporada a las
formas y las estructuras que creamos."[16]
Miriam Simos
Durante más de dos años, Roberto estuvo diseñando los
espacios para satisfacer su necesidad de ocupar un entorno privado, en una
porción de tierra con unas características específicas. Hizo uso de algunas
herramientas informáticas gratuitas y se inspiró en las imágenes y los planos
ofrecidos por las revistas de vanguardia y diversas publicaciones.
Figura 1. Imágenes de Roberto para su vivienda
dibujadas por el mismo.
Al facilitarnos el material gráfico que había
desarrollado con cuidadosa dedicación durante aquellos años, descubrimos a un
ser encapsulado bajo capas y capas de razonamientos e imágenes de la moda
doméstica difundidas por los medios de comunicación masiva. Para poder darnos
cuenta de sus condicionamientos, fue crucial el estudio de sus invariantes
vitales a través del Sistema de Diseño Humano -SDH- . Gracias al análisis y la
transmisión de su gráfico individual, la rigidez de sus planteamientos
iniciales, basados en los parámetros estandarizados que alimentan las inercias
del statu
quo, fueron dando paso a requerimientos
más auténticos que nacían de la verificación empírica de su verdadera
naturaleza como individuo diferenciado: el Ser Humano empezaba a sentirse
comprendido y aceptado desde su unicidad.
Roberto se sentía plenamente reconocido. Las
resonancias que la lectura de su Cuerpo Gráfico provocó en él, tuvieron
consecuencias palpables: compartimos instantes de emocionalidad profunda.
Estimulados por las premisas esenciales, comenzamos a articular la singularidad
del emplazamiento con los demás factores de contorno: condicionantes
climáticos, urbanísticos, económicos... Integró la esencia de las primeras
propuestas y se vio a sí mismo habitando y creciendo en los espacios que
habíamos representado en aquellos primeros planos: la especificidad de un
diseño que emerge desde la verdadera naturaleza de un ser humano, revela formas
de habitar que resuenan con la singularidad del individuo desde la que se está
proyectando.
Un diseño para su
co-razón
Renunciamos a cualquier imagen preconcebida, sea
abstracta o monolítica; a un urbanismo servil en la medida de lo posible, sobre
todo el que nos aleja de la urbanidad. Nos apartamos de la idea de
universalizar, del hombre tipo, del estilo de vida contemporáneo, de lo que
está vacío de humanidad, de esencia humana o de sustancia.
Queríamos saber con qué disfrutaba Roberto y cómo
experimentaba su cotidianeidad. Queríamos saber si ya era feliz. Necesitábamos
descubrir quién era; si estaba satisfecho consigo mismo y cómo experimentaba el
mundo alrededor; su propio mundo. Él era el centro de todas las propuestas que
emergían. La idea germinal estaba enraizada en sus fuerzas vitales y el
proyecto estaba dirigido a ofrecerle escenarios, recorridos y paisajes en
consonancia con la vida que estaba creciendo desde sí mismo[17].
Implementación del SDH
en el proyecto
En este proyecto, el SDH nos facilitó el gráfico desde
donde acceder a los estratos más profundos de la naturaleza de Roberto. Este
mapa, además, nos permite deducir con gran precisión la estructura del carácter
de cada individuo -su eneatipo- que habitualmente se erige como una fortaleza
que tiende a limitar, de manera dramática, el ámbito de decisiones y
experiencias de su portador. De esta manera, pudimos reconocer los vehículos
desde donde se despliega el viaje de Roberto: el cuerpo físico, mental y
emocional, así como la forma energética que nos revela las constantes vitales
que lo impulsan desde su nacimiento y que van a acompañarle el resto de su
vida. Estas fueron las fuerzas que colocamos en el lugar más elevado de nuestro
proceso creativo y que, por lo tanto, activaron el marco vivencial y relacional
del hábitat de Roberto.
Figura 2. Cuerpo gráfico de Roberto y mapa de la
personalidad.
Descubrimos su manera de establecer un estilo de vida
a través del reconocimiento de la dualidad fundamental que existe en cada
bioforma humana: "somos una consciencia binaria, una síntesis de
una consciencia de la Personalidad y una consciencia del Diseño -la parte inconsciente de nuestra naturaleza
esencial- y en el
perfil podemos comprender el quantum de las dos."[18]
Presentamos, en una breve síntesis, las principales
tramas vitales extraídas del análisis del gráfico:
· Proceso vital de tres fases para surgir como un
Modelo de Conducta: El de Roberto, un perfil 6/2, nos revela una personalidad
de línea 6 que viene a constituirse como ejemplo, y que pasará por tres fases
significativas en su vida. De esta forma acontece el despliegue de su ser para
ejercer un papel de liderazgo en su fase de madurez, y desde ahí mostrarnos
cómo vivir conforme a nuestra propia autoridad. El ermitaño inconsciente de
línea 2, dispone de un talento natural y quiere que le dejen en paz para
centrarse en sus afanes. Su genialidad original debe ser protegida para
permitir que se desarrolle naturalmente y puesta a disposición del mundo
llegado el momento. No le vale cualquier cosa, y va a estar atento a una
llamada específica y especial que le permitirá poner de manifiesto sus dones y
encarnar su poder de modelo de conducta.
· Catalizador de cambios: Su Canal de Apertura
-22/12- junto con la Puerta de la Crisis -36- definen su naturaleza emocional,
en el área derecha del gráfico, que nos revela las dinámicas de un ser social
con una enorme capacidad para provocar cambios en la vida de otros individuos.
Este potencial depende del grado de paciencia que cultive y la profundidad
creativa de los sentimientos que se permita experimentar escuchando el paso de
sus emociones.
· Respeto por sí mismo a través de la escucha de
su propio cuerpo: sus Canales del Poder -34/57- y del Ritmo -5/15- en sincronía
con las activaciones del bazo y el Monopolo Magnético[19],
definen su área instintiva. Es la parte de su ser que lo conecta con el
instante vivencial, gracias a la que se siente seguro en su espontaneidad. Esta
zona ocupa la parte izquierda del gráfico con el bazo; y los centros sacral y
monopolo magnético[20] coloreados
en rojo y amarillo en zona central. Descubrimos que es de enorme importancia
para él estar conectado con su flujo existencial a través de su respuesta
interna. Sólo de esta manera todo lo que haga le va a resultar propicio y
natural, y así podrá beneficiar sutilmente a quienes le rodean, conduciéndoles
a su propio ritmo y sentido del tiempo.
· Dilema interno primordial: dada su naturaleza
-que se deja ver en estas dos definiciones separadas- nos damos cuenta del reto
que supone para Roberto afirmarse en su esencia. Con la mente, el corazón y los
centros de presión sin definir, el enorme potencial de sabiduría que deja
abierto su diseño puede haberse transformado en una férrea fijación mental, al
haber experimentado su indefinición desde la carencia y no como una gran
apertura a la diversidad y el tremendo potencial de enriquecimiento que supone
esta configuración. La buena noticia es que sólo necesitará integrar dos claves
para comenzar a experimentar su diferenciación; el camino hacia su autenticidad.
En su nueva casa, cimentada sobre estas premisas, se sentirá por fin en un
entorno que lo comprende y lo protege, donde la expansión de su potencialidad
no va a encontrar resistencias para que sus fuerzas vitales le permitan habitar
el mundo plenamente.
De la energía a la
materia
A través del proyecto, los mapas de lo invisible se
fueron transmutando en una realidad más densa; las dinámicas internas del
habitante fueron confrontadas con el suelo, los materiales y los climas[21].
Se nos revelaban confluencias; la forma emergía de esta simbiosis sin apenas
resistencias.
De esta manera, las fuerzas vitales que dinamizaban
este profundo deseo de habitar, generaban las pautas sobre las que se
constituyó el esqueleto material de su vivienda.
Figura 3. Gestación del edificio utilizando las
herramientas de autoconocimiento
Finalmente señalamos los aspectos más destacados que,
desde el diseño, acompañan la naturaleza esencial de Roberto:
· Ambivalencia: el habitante ermitaño y
enormemente social, dependiendo de sus estados de ánimo, se siente protegido,
en su casa, de un entorno sin aparente urbanidad. Se origina una vivienda que
emerge desde su condición maciza frente las orientaciones norte y oeste con
muros ciegos de gran espesor para combatir la contaminación acústica, proteger
del fuerte viento dominante “el cierzo” y preservar la privacidad.
Figura 4. Vista aérea. Fuente: Nicolás
Buendía Roca
Una vez cruzamos el primer umbral; el patio interior
de acceso, entramos al espacio de mayor amplitud de la vivienda. Un espacio
idóneo para socializar a través del que los espacios exteriores a ambos lados
pueden conectarse generando una expansión mayor. La condición de intimidad se
va acentuando gradualmente a medida que nos acercamos hacia la zona este, de
descanso, pudiendo establecer barreras temporales mediante grandes puertas
correderas que se ocultan en el espesor de las particiones.
Figura 5 y 6. Desde el acceso, la vivienda se muestra, se
hace porosa, ofrece escenarios.
Figura 7. Desde el jardín, la permeabilidad espacial desdibuja los límites exterior-interior. Fuente:
Nicolás Buendía Roca
· Vinculación con el flujo natural de la vida: la
creación de pautas espaciales y de atmósferas que lo conectarán con el presente
y favorecerán la sincronización de sus propios ritmos con los ciclos de la
naturaleza. Conseguimos que todas las estancias queden orientadas hacia el sur
mediante una disposición radial que al mismo tiempo permite una secuencia
espacial de espacios intermedios o umbrales. De esta manera se intensifica la
relación directa con el paisaje natural, con las estaciones y los ciclos
solares; con la vida: la luz, la tierra, el aire, el agua y la sombra matizada
por los árboles que constituyen una segunda protección. Esta atmósfera que
desdibuja los límites interior–exterior, potencia la conexión del habitante con
los estratos más profundos, más íntimos y casi abandonados de su naturaleza.
Las aperturas hacia el sur, nos permiten aprovechar la energía pasiva del sol:
en verano, las hojas de parra protegen el vidrio de la radiación solar directa,
y al desprenderse, llegado el invierno, permiten el paso de los rayos solares
hasta el interior de la vivienda. La leve inclinación de la parcela favorece
las vistas a las colinas cercanas.
· Roberto se encuentra en la segunda fase de su
vida, a la que ingresó entre los 29 y 30 años. Se siente cómodo en la retirada,
donde poder descubrir lo que es fiable y funciona en el mundo. Empieza a ser considerado
por su saber. Roberto es un gran lector, que necesita ver los libros para
sentirse atraído por ellos. La zona más próxima a los dormitorios, vinculada al
patio del almendro autóctono, toma la luz del norte, evitando reflejos o
sombras. Se trata, sin duda, de la atmósfera más apropiada para acomodar su
rincón de lectura. Este espacio que comunica las estancias más íntimas de la
casa con la parte más abierta y luminosa; será recorrido con frecuencia a lo
largo del día. La presencia de los libros, va a ser una constate que envuelva
al habitante en un escenario propicio para sentirse seducido e invitado a
saborear el placer de la lectura de manera espontánea. Sus hijos crecerán en un
paisaje que los acompañará a integrar el hábito de aprender leyendo, de manera
casi natural desde sus primeros pasos. Parece fácil imaginar momentos mágicos
compartidos en familia propiciados por la cercanía de los cuentos infantiles.
· En esta fase, se encuentra en el momento de
crear familia, de expandirse. Las estancias han sido dimensionadas para que
puedan ser dobles o individuales, por lo que posibilitan distintas opciones de
ocupación que permitan adaptarse a la futura familia. Mientras llegan los
niños, quedarán disponibles para amigos, familiares o invitados.
· Su proceso de maduración natural, pausado, en
tres fases, entra en sintonía y sincronía con la elección de materiales nobles,
que envejecen bien con el paso del tiempo. La vivienda se ha pensado utilizando
una paleta reducida de materiales tradicionales como la madera natural y la
piedra que acentúan y orquestan el acompañamiento de los ciclos naturales con
el ciclo global de duración de su propia vida.
Figura 9. Fachada exterior -oeste-. Fuente: Nicolás
Buendía Roca
En líneas generales, acabamos de exponer las
directrices organizativas del proceso de investigación que estamos llevando a
cabo en nuestro estudio durante años, dejando ver la clara intención de
defender al Hombre a través de la arquitectura, en su condición incuestionable
de ser absolutamente único y al mismo tiempo proyectado irremisiblemente a
confrontar su unicidad -a través de su propia experiencia y autoexpresión- con
el resto de seres humanos que cohabitan en el mismo planeta que él. En este caso,
la acción arquitectónica se revela como una extensión de las energías
primigenias de cada ser humano, encauzadas mediante la aplicación de las
cartografías mencionadas a través un proyecto que ofrece entornos de libertad y
protección, y favorece un despliegue vital en consonancia con la verdadera
naturaleza de quien está dispuesto a reconocerse, a habitarse y a permitirse un
viaje en conexión con su propia esencia.
______________________________________________________________________
[1] Metodología
que aquí pretende mostrarse como aplicable fundamentalmente al campo proyectual
de la vivienda y el territorio residencial, entendiendo la vivienda como aquel
espacio de cobijo existencial que alberga y recoge de manera más próxima la condición
intima, personal, vivencial, familiar e identitaria del hombre, con todos los
matices asociados a esta idea. "Una reflexión sobre la esencia de la
vivienda nos aleja de las propiedades físicas del hogar para introducirnos en
el territorio psíquico de la mente. Nos enfrenta a cuestiones de identidad y
memoria, de lo consciente y lo inconsciente, a los remanentes del
comportamiento biológico y de las reacciones y los valores condicionados por la
cultura." PALLASMAA, Juhani. Habitar. Barcelona:
G. Gili. 2016. Págs. 18 y 19.
[2] "Decir
que el hombre es un ser biocultural, no es simplemente yuxtaponer estos dos
términos, es mostrar que se coproducen el uno al otro y que desembocan en esta
doble proposición:
- todo acto humano es biocultural (comer, beber,
dormir, defecar, aparearse, cantar, danzar, pensar o meditar);
- todo acto humano es a la vez totalmente biológico y
totalmente cultural."
MORIN, Edgar. La unidualidad del hombre.
Disponible en:
http://www.gazeta-antropologia.es/?p=3508
[3] Recogemos
aquí la cita entera: "La psicología de los eneatipos es un mapa del
carácter o de la neurosis o, dicho en otras palabras, de las variaciones del
malestar humano por el oscurecimiento existencial. La visión del doctor Naranjo
es transpersonal, y se basa en que la personalidad se forma debido a una
interferencia organísmica que implica una deficiente experiencia del Ser, ante
lo que la persona desarrolla una pasión, o emoción exagerada, que trata de
cubrir ese agujero existencial y que acaba perpetuando esa personalidad."
LLORENS, Antoni. La estructura de la nada. Una raíz común entre el
eneagrama y el árbol de la vida. Barcelona:
Ediciones La Llave. 2016. Pág. 133.
[4] ALMAAS
explica: "En su libro, Ennea-type Structures (Naranjo, 1990), Naranjo
presenta el Eneagrama en forma de método para la autoobservación y el estudio,
como parte de un trabajo de realización espiritual más amplio. Elabora el modo
en que las características de la personalidad de los nueve ego-tipos (que
Naranjo denomina "enea-tipos") son expresiones de pérdida de contacto
con el Ser, nuestra naturaleza básica, y al hacerlo, muestra que el verdadero
valor de dicho conocimiento estriba en ayudarnos a restablecer ese
contacto." ALMAAS, A.H. Facetas de la Unidad. Barcelona: La Liebre de Marzo. 2002. Pág. 22.
[5] Señalamos
la importancia vital de la toma de conciencia de que sucede, en cada ser
humano, un despliegue natural de sus ciclos: "La evolución no es un
proceso continuo y uniforme. Se produce más bien a saltos, con ocasión de
ciertos acontecimientos y/o tomas de conciencia. Incluye también regresiones,
vueltas sobre los mismos pasos, o lo que parecen ser los mismos pasos.
Este proceso no es ni necesariamente ni siquiera
frecuentemente consciente. El ciclo tiene lugar con independencia de la
voluntad del interesado. Sin embargo, padecerlo o tomar conciencia de él,
producen resultados muy diferentes." CAUVIN, Pierre / CAILLOUX,
Geneviève. Sé tú
mismo. De la tipología de Jung al MBTI. Bilbao:
Ediciones Mensajero. 1997. Pág. 90.
[6] Ken
Wilber apunta: "Los elementos constitutivos de estas jerarquías son los
holones, totalidades que, al mismo tiempo, forman parte de otras totalidades.(...)
la realidad no está compuesta de totalidades ni de partes, sino de
totalidades/parte u holones. En cualquier dominio que la consideremos, la
realidad está básicamente compuesta de holones.". Puede verse: WILBER,
Ken. Una
teoría de todo. Barcelona:
Kairós. 2001. Pág. 36.
[7] "Entender
toda inspiración presente en cada uno de los innumerables medios de expresión
del Hombre, trabajar a partir de nuestras manos, nuestros ojos, pies,
estómagos, a partir de la base de nuestros movimientos, y no basándose en
normas estadísticas y reglas creadas según el principio de lo más usual; este
es el camino hacia una arquitectura que sea tan variada como humana."
PUENTE, Moisés. Jorn Utzon. Conversaciones y otros escritos. Barcelona: Gustavo Gili. 2010. Págs. 9 y 10.
[8] Según
Jung: aunque todos disponemos de todas las posibilidades, las variaciones de la
conducta son, sobre todo, la consecuencia de las preferencias espontáneas
respecto a cuatro dimensiones fundamentales del psiquismo, cada una de las
cuales está definida por dos polos opuestos que definen los extremos en cuanto
a: la orientación de la energía, los modos de percepción, los criterios de
decisión y el estilo de vida. Op. cit. Sé tú mismo... Pág.13.
[9] "El
MBTI está estructurado sobre 4 dimensiones principales, cada una de las cuales
está definida por dos polos opuestos:(...) De la combinación de estas ocho
preferencias resultan 16 caracteres tipo". Op. Cit. Sé tú mismo... Pág.143.
[10] El
Sistema de Diseño Humano, la Ciencia de la Diferenciación, es un nuevo sistema
de autoconocimiento que sintetiza gráficamente aspectos de “los antiguos
sistemas observacionales de la astrología, el I Ching chino, los chakras hindu-bramines
y el Árbol de la Vida de la tradición zohar/cabalística; y las disciplinas
contemporáneas de la mecánica cuántica, la astronomía, la genética y la
bioquímica." BUNNELL, Linda / RA URU HU. Diseño Humano. El
revolucionario sistema de autoconocimiento.Madrid: Gaia Ediciones. 2014. Pág 36.
[11] Arquitectura
Humana es el nombre que lleva nuestro proyecto. Sus raíces emergen de tres
ramas fundamentales del conocimiento: la psicología, la arquitectura y la
educación, que confluyen con la finalidad de proporcionar herramientas para la
evolución consciente del organismo humano como totalidad y parte de una
totalidad mayor.
[12] "Cuando
cojo células sanas y las coloco en un entorno nocivo, la células enferman y
mueren. Si un médico las mirara, diría: ¿Qué medicina hay que darles? ¡Pero no
hace falta ninguna medicina! Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno
sano y saludable y las células sanan. Esto demuestra una cosa muy sencilla: el
destino de la célula refleja lo que está ocurriendo en el entorno."
Fragmento de la entrevista al Dr. Bruce H. Lipton, biólogo celular.
Puede verse en:
http://alsol.es/wp-content/uploads/BRUCE-LIPTON.pdf
[13] Hacemos
nuestras las palabras de Juhani Pallasmaa cuando escribe: "sigo creyendo
en la viabilidad de una arquitectura de la reconciliación, una arquitectura que
pueda mediar en dar la 'bienvenida' al hogar del ser humano. Todavía
necesitamos casas que refuercen nuestro sentido de la realidad humana y de las
jerarquías esenciales de la vida. El arte de la arquitectura todavía puede
producir casas que nos permitan vivir con dignidad." Op. cit. Habitar... Págs. 39 y 40.
[14] Véase:
Hacia un habitar arquitectónico
http://lasformasdelhabitar.blogspot.com.es/2014/04/caminando-hacia-el-habitar_30.html
[15] El
proyecto al que hacemos referencia en el caso de estudio que compartimos en
este artículo fue visado por el Colegio de Arquitectos de Aragón en septiembre
del 2014.
Autores de proyecto: Ignacio Abad Cayuela y Pedro
Antonio Bel Anzué.
Colaboradores: Juan Moreno Ortolano (Licenciado en
Historia del Arte e investigador), Nicolás Buendía Roca (Arquitecto), Patricia
Abadías Monzón (Graduada en Ingeniería de la Edificación y Máster en Ecodiseño
y Eficiencia Energética en la Edificación), María Paz Sáez Pérez (Arquitecta
Técnica), Javier Muñoz Escolano y Sergio Calle Pérez (Diplomados en
Arquitectura Técnica).
[17] "…se
produce un estado más feliz si nos entregamos a lo que a veces se llama
autorregulación organísmica, que es más o menos lo que los chinos llamaban el
Tao: la Ley de la Naturaleza." NARANJO, Claudio. La revolución que
esperábamos. Ediciones
La Llave. 2013. Pág. 144.
[19] "establece
nuestra identidad como una dirección a través del tiempo en el espacio, que
llamamos nuestra geometría. Ahí es donde nuestro flujo de energía único (o
definición) nos conecta con el flujo de toda la vida; o cómo estamos conectados
con el universo. El Monopolo Magnético nos va trayendo nuestra vida." Op.
Cit. Diseño
Humano... Pág. 68.
[20] "Los
nueve centros son núcleos de energía que transforman o transmutan la fuerza
vital según fluye por el Cuerpo Gráfico." Op. Cit. Diseño Humano... Pág. 66.
[21] "…
si la arquitectura es clima, también es verdad que son muchos los climas que en
ella intervienen: climas de invierno y de verano, climas de luz y de calor,
climas de transición entre interior y exterior, climas en la arquitectura
popular o en la arquitectura representativa, climas naturales o climas
artificiales y, por último, incluso, están los climas que no son climas, climas
sonoros, psicológicos, mágicos, con los que se genera la infinita variedad de
los espacios arquitectónicos." SERRA, Rafael. Arquitectura y climas. Barcelona: Gustavo Gili. 2009. Pág. 7.
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WILBER, Ken (2001). Una teoría de todo. Barcelona: Kairós.
___________________________
Autores del artículo:
- Abad Cayuela, Ignacio . Arquitecto por la Facultad de Arquitectura de Sevilla. Universidad Politécnica de Madrid (Investigador/Doctorando). ignacioabadc@gmail.com
- Moreno Ortolano, Juan . Profesor UNLaM. Carrera de Arquitectura. Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas . Buenos Aires. jmoreno@unlam.edu.ar
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