miércoles, 31 de mayo de 2017

XIX



La mueca de la sonrisa
en vano vuela,
sortea el escenario
con su carga de hipocresía.
Ya se sabe,
comprendí su soltura,
prestada calma,
prudencia sonora.
Me embaucó,
como siempre,
con dulzura,
lentitud,
abrazo,
Y ahora debo recomponerme
He sido testigo de un robo,
perpetrado en la conciencia,
dos pistoleros,
con fuego cruzado,
me asaltaron cuando dormía.
De nuevo lo sé,
de la sonrisa uno no puede esperar mucho,
mentirse,
quizá,
apretarse contra el muro,
para ya desvanecido:
caer

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