miércoles, 31 de agosto de 2016

X



Sordamente,
al entrar
sin pisada:
desvalido título.
El arquitecto emula montañas
ríos,
adarves y encinas.
Justo cuando sus párpados cierra,
la gran construcción del mundo comienza.
Cuando cierra vanidad,
cuando abre la nostalgia,
cuando frena en su caída.
Arquitectura de las bestias:
egos enlatados,
deseando volar sobre los paisajes verdes
Apresurarse en la cálida adopción de sus geometrías
Mientras tanto
la naturaleza replica tacto:
pacificar el aura,
el cielo ingrávido del arquitecto.
Ser UNA única tierra
para todas las hermosas criaturas
las más humildes
y las más pobres









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