sábado, 28 de abril de 2012

Algo más que un monumento

Forzada a desprenderse del espacio al que daba paso desde la calle y que durante tantos años la había dotado de sentido, la envergadura material y el carácter folclórico de la puerta de ingreso a la Antigua Prisión de Penas Aflictivas de Cartagena invitaban a presagiar la caricatura de una monumental portada de feria; sin embargo, creemos que se ha logrado algo más.





























Aquí la historia acoge al ciudadano, invitándolo al descanso o al encuentro con el otro. Así mismo da cabida al encuentro con la naturaleza; el incesante movimiento solar se muestra a los ojos del viandante a través de las sombras proyectadas sobre las acanaladuras de una piel blanca con la que se ha cubierto la estructura, elemento necesario que dota de estabilidad material al conjunto. 
Al tiempo detenido de la historia, se han sumado el lento suceder de los ciclos naturales y el hombre como formas que se proyectan sobre el escenario de lo construido. 
Ahora, en este preciso instante, tras una simultaneidad de capas donde el artificio y la vida diluyen sus límites, se nos ofrece una escena contemporánea, un lugar que erige al ciudadano como el verdadero protagonista de esta trama.



















En las experiencias memorables de arquitectura, el espacio, la materia y el tiempo se funden en una única dimensión, en la sustancia básica del ser que penetra nuestra consciencia. Nos identificamos con este espacio, este lugar, este momento, y estas dimensiones pasan a ser ingredientes de nuestra misma existencia. La arquitectura es el arte de la reconciliación entre nosotros y el mundo, y esta mediación tiene lugar a través de los sentidos. 

Juhani Pallasmaa

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