miércoles, 29 de septiembre de 2021

El espacio público como lugar de la alegría, el juego y el amor

 


La primera conquista del espacio es sorda, callada y arcana. Se intuye, pero no se alza al grito de los hitos construidos que secundan la ciudad. Se produce desde el caminar amable más instintivo e inquieto...





Pronto comienzan las primeras pesquisas, siempre reguladas desde el tacto: un motor que canaliza el contacto con el lugar y sus bordes o siluetas urbanas




La rebelión estalla, seguida por una sublevación pacífica que cataliza la alegría y la búsqueda...



El espacio público torna el lugar de la permanencia y duración del acontecimiento, subrayando su valor y continuidad en la memoria...



Las prohibiciones se convierten en los retos del juego, del participar y crecer de los niños. Las sonrisas se revelan como las formas visuales y las caras amables de la ciudad: contagian a todos de su espontaneidad y nos recuerdan que aún podemos salvar a la ciudad para también salvarnos nosotros



La ciudad se saborea en toda su dimensión, nos baña y toca corporalmente, corrigiendo las ópticas retinianas de la  imagen y prudencia que gobiernan las 'postales intransitables' de la urbe contemporánea.

¿Es posible encontrar aquellos lugares donde todavía sea posible parar y detenerse? 

¿Dónde quedan los lugares de la alegría, dónde quedan "las flores transparentes y el agua dulce que se bebe"?


AMo_arquitectura

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