Soy
sílaba de este tiempo,
cuerpo
embebido al sol
pilar
fosilizado.
Saliendo
a buscarme
encontré
la noche enrabietada:
rojo
voraz.
YO:
pálido
Paré
ante su cuerpo
tambaleé
desdentado,
y
así me he mantenido hasta esta última noche
¿No
serás tú, oh noche atrevida
la
que te entrometes en mis sueños?
¿No
serás tú, blanda hermosura, quien me despide engañosamente?
Sé
que estás ahí,
tan
adentro que los órganos son tus socios
huéspedes:
el intestino
la
garganta
Has
sabido como convencerlos,
dormitas
en sus líquidos
los
sobornas con cualquier cosa:
una
lata,
un
agujero negro,
la
inmensidad del océano.
Por
eso los engañas,
porque
nunca han sabido hablar;
y
mucho menos con el lenguaje de los hombres
Muy bonita.
ResponderEliminarGracias Clemen. Un abrazo
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