Sordamente,
al
entrar
sin
pisada:
desvalido
título.
El
arquitecto emula montañas
ríos,
adarves
y encinas.
Justo
cuando sus párpados cierra,
la
gran construcción del mundo comienza.
Cuando
cierra vanidad,
cuando
abre la nostalgia,
cuando
frena en su caída.
Arquitectura
de las bestias:
egos
enlatados,
deseando
volar sobre los paisajes verdes
Apresurarse
en la cálida adopción
de sus geometrías
Mientras
tanto
la
naturaleza replica tacto:
pacificar
el aura,
el
cielo ingrávido del arquitecto.
Ser
UNA única tierra
para
todas las hermosas criaturas
las
más humildes
y
las más pobres
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