Plegadas
están las alas
a
fuerza de querer
un
aplauso
vacío
de
multitud,
según
se espere
aumenta
o
disminuye
para
vivir al lado
de
mi muro.
En
la lejanía dicen
que
se vive mejor
huérfano
de melancolías
defienden
para
no arrodillarse
en
la noche
y
perecer,
pero
declina la vida
para
ser una lenta entrada
que
dilata la agonía
que
susurran las bestias.
No
hay peor muerte que desdoblarse
y
no por partirse en mil pedazos
o
guijarros
sino
por no pertenecer
a
ningún lugar…