Quizás ya no estés cuando regrese. Puede que te
hayas ido.
He llegado tarde. Me entretuve buscando
arquitecturas con autor. Despidiéndome de seductores del amor que han
envejecido borrachera tras borrachera. Fui buscando la gloria, el dinero y el
aplauso. Me aplastaron.
Ahora regreso sin un centavo en los bolsillos.
Creí que allí todo sería mejor. Que podría lanzar mi
vanidad al vuelo. Me sacudieron.
No recordé nada, olvidé mi paso y ahora no sé cómo
regresar a casa.
Es extraño, porque sigo reconociendo mi nombre y lo
escucho en muchas voces que me nombran, pero no consigo verme, intuir la piedra
que me devuelve a mi hogar…
¿Tendré nombre habiendo perdido mi casa?
¿Sabrán quién soy, sin saber en qué techo dormiré
mañana?
Sinceramente, prefiero que me olviden. Que me despidan
de las tertulias despiadadas.
Aunque puede que sea demasiado tarde y ya no quede
tiempo.
Ahora que quiero, han apagado las luces,
y las quise tanto que perdí la memoria.
Quiero volver y sólo una fotografía me ayuda:
una mesa, la nieve, los álamos y la soledad elegida.
¿Podré volver, podrán olvidar mi nombre sin nombrarlo?
¿Regresaré a casa?